14 julio 2008
El mundo de las catedrales
Siempre me ha fascinado el mundo de las catedrales medievales: su estilo, sus leyendas, sus personajes, sus intrigas, pero sobre todo: su construcción.
Hoy, viéndolo desde la perspectiva, nos parecen obran maestras, de ejecución perfecta y resultado inmejorable. Sin embargo, me gustaría poder preguntarle a los maestros (como Tom Builder de Los Pilares de la Tierra) su opinión sobre el resultado de su trabajo. Estoy seguro de que no sería tan positiva. Y es que las catedrales no son perfectas: sufrían retrasos de lustros (incluso siglos), durante su construcción se iba cambiando constantemente el estilo y las técnicas constructivas (a menudo se comenzaba los muros inferiores en estilo gótico y se terminaban las bóvedas y cúpulas en estilo renacentistas), los arquitectos morían y eran remplazados por otros según pasaban los años... sin embargo, ahí están viendo pasar los siglos, y provocando admiración a todos los que las contemplamos.
Yo tengo la suerte de disfrutar de las vistas de la catedral de Salamanca (las que véis a la izquierda) en mi viaje diario de las oficinas hasta mi casa, y como es lógico, en ese viaje se entremezclan mis pensamientos sobre el día con mi especial admiración por esta catedral. Y es que nuestro trabajo diario tampoco es tan distinto del de aquellos siglos. Como ellos, los que vivimos la informática en nuestros días estamos inventando el oficio. La arquitectura lleva miles de años de evolución, la informática tal y como la conocemos no llega a un siglo, y eso se nota. Como ellos, en el desarrollo de un proyecto a largo plazo, cambiamos muchas veces nuestro estilo y técnicas constructivas, y aunque eso pueda parecer "falta de coherencia" para los puristas, para mi no es más que pura evolución positiva. Y como ellos, tenemos que priorizar el avance y el llegar a la meta, a ser fieles e inflexibles con ideas originales que posiblemente no fuesen acertadas (o que ya están obsoletas).
Me imagino a Tom Builder hablando con unos y otros, intentando convencer al maestro cantero de que no se puede tirar media catedral para ser fieles al estilo original, hablando con otros arquitectos para inventar la forma de que los contrafuertes sostengan esa nueva bóbeda que no estaba prevista, intentando conseguir más obreros para reducir el retraso, hablando con el cardenal para pedirle más fondos...
En definitiva, cuando viene Carlos y dice que hay que rehacer los scripts de build y test porque son inmantenibles, cuando Félix se queja de que la arquitectura no es buena y que hay que cambiarla, cuando Javi dice que Java es una mierda y que el lenguaje nos limita, cuando Antonio nos avisa de que la cosa está complicada para llegar a fechas... no hago más que acordarme de esa catedral que ha visto pasar tantos siglos, que me acompaña en mi camino de vuelta a casa, y de cómo los maestros de aquella época fueros unos auténticos magos de la arquitectura (y sin saberlo, de la gestión de proyectos). Si Tom Builder estuviera aquí... ¡cuántas cosas le preguntaría!
Por cierto, no dejéis de echar un vistazo a todas estas fotos.
Hoy, viéndolo desde la perspectiva, nos parecen obran maestras, de ejecución perfecta y resultado inmejorable. Sin embargo, me gustaría poder preguntarle a los maestros (como Tom Builder de Los Pilares de la Tierra) su opinión sobre el resultado de su trabajo. Estoy seguro de que no sería tan positiva. Y es que las catedrales no son perfectas: sufrían retrasos de lustros (incluso siglos), durante su construcción se iba cambiando constantemente el estilo y las técnicas constructivas (a menudo se comenzaba los muros inferiores en estilo gótico y se terminaban las bóvedas y cúpulas en estilo renacentistas), los arquitectos morían y eran remplazados por otros según pasaban los años... sin embargo, ahí están viendo pasar los siglos, y provocando admiración a todos los que las contemplamos.
Yo tengo la suerte de disfrutar de las vistas de la catedral de Salamanca (las que véis a la izquierda) en mi viaje diario de las oficinas hasta mi casa, y como es lógico, en ese viaje se entremezclan mis pensamientos sobre el día con mi especial admiración por esta catedral. Y es que nuestro trabajo diario tampoco es tan distinto del de aquellos siglos. Como ellos, los que vivimos la informática en nuestros días estamos inventando el oficio. La arquitectura lleva miles de años de evolución, la informática tal y como la conocemos no llega a un siglo, y eso se nota. Como ellos, en el desarrollo de un proyecto a largo plazo, cambiamos muchas veces nuestro estilo y técnicas constructivas, y aunque eso pueda parecer "falta de coherencia" para los puristas, para mi no es más que pura evolución positiva. Y como ellos, tenemos que priorizar el avance y el llegar a la meta, a ser fieles e inflexibles con ideas originales que posiblemente no fuesen acertadas (o que ya están obsoletas).
Me imagino a Tom Builder hablando con unos y otros, intentando convencer al maestro cantero de que no se puede tirar media catedral para ser fieles al estilo original, hablando con otros arquitectos para inventar la forma de que los contrafuertes sostengan esa nueva bóbeda que no estaba prevista, intentando conseguir más obreros para reducir el retraso, hablando con el cardenal para pedirle más fondos...
En definitiva, cuando viene Carlos y dice que hay que rehacer los scripts de build y test porque son inmantenibles, cuando Félix se queja de que la arquitectura no es buena y que hay que cambiarla, cuando Javi dice que Java es una mierda y que el lenguaje nos limita, cuando Antonio nos avisa de que la cosa está complicada para llegar a fechas... no hago más que acordarme de esa catedral que ha visto pasar tantos siglos, que me acompaña en mi camino de vuelta a casa, y de cómo los maestros de aquella época fueros unos auténticos magos de la arquitectura (y sin saberlo, de la gestión de proyectos). Si Tom Builder estuviera aquí... ¡cuántas cosas le preguntaría!
Por cierto, no dejéis de echar un vistazo a todas estas fotos.
Etiquetas: agile, arquitectura, metodología