Siento al perro, antes de empezar a andar le doy una orden, "juntos", empezamos a andar y en cuanto el perro se sale del camino, es decir, no me sigue, le aplico una corrección, esto básicamente significa tirar de la correa para provocar una sensación de ahogo al perro, de esa forma el perro relaciona el ahogo con no seguir al dueño.

Después de unos pocos días me he dado cuenta de que es más peligroso un perro muy corregido que uno mal educado, me explico, si corrijo al perro en exceso, primero corro el riesgo de hacerlo incluso cuando ha hecho algo bien, pero aunque no fuese ese el caso, si lo corrijo en exceso porque ha hecho todo mal, corro el riesgo de que el perro coja miedo a hacer todo, incluso a andar. Como consecuencia, el perro me pedirá confirmación para cada acción que vaya hacer, es decir perderá su autoestima, su capacidad de decidir, y llegados a este punto ya no vale el entrenamiento normal, ahora tenemos que desentrenarle primero, darle libertad para que tome decisiones el solo, se equivoque y se de cuenta el mismo, es decir para que recuperé su yo y entonces se pueda volver a empezar, está vez sin equivocarme o corro el riesgo de volverle loco o de perder su autoestima para siempre. Para no llegar a este punto recuerda que cuando estés entrenando/enseñando a tu perro tienes que darle cierto grado de libertad y de equivocación, es mejor que aprenda poco a poco sin frustrarse y con confianza en quien le enseña que aprender muy rápido con miedo a seguir adelante y sin confianza en quien le enseña.

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# posted by flopez : 5:58 p. m.